lunes, 2 de marzo de 2009

BLUEBERRY

Esta no va a ser una entrada común.
No voy a comentar nada de Blueberry, para eso recomiendo la página oficial, en francés, o para los lectores en español, la excelente monografía de Tebeosfera.
Solamente voy a contar mi relación con esta excelente obra.
En enero de 1979 yo tenia 12 años y me encontraba de vacaciones con mi familia en la ciudad de Mendoza, ya era un lector incurable de historietas, pero lo único que había tenido tenido en álbum era Astérix o Lucky Luke, el resto habían sido revistas nacionales de las editoriales Columba o Record.
Paseando por el centro de la ciudad entramos a una librería y cada uno de nosotros eligió una revista, mis hermanos tomaron una del galo y otra del vaquero cada uno, pero yo elegí una que estaba cerca pero que no conocía, me atrajo el dibujo de la portada y la inmensa calidad del interior tras una rápida ojeada.
Era La mina del alemán perdido, en la edición de Dargaud/Junior de 1977.
De más está decir que casi obligué a mi padre volver a la librería a la mañana siguiente a comprar la segunda parte, luego de devorar la historieta en el hotel esa noche.
De esta manera comenzó un amor que siguió a lo largo de los años, comprando los tomos cuando se los encontraba o cuando se podía.
Este año fui otra vez de vacaciones a Mendoza, pero esta vez con mis hijos, fue una sensación especial visitar con ellos lugares que había recorrido años atrás con mis padres, y como si fuera un ciclo que se cierra, a los pocos meses recibí de España la última historia de los autores originales de Blueberry, Arizona love.

Veinte años pasaron entre un momento y otro, años que no consiguieron que pierda mi interés por Blueberry, al cual leo, o mejor dicho, releo cada tanto.